¡La libertad Financiera se traduce en Calidad
de Vida!
Fabula El Economista y EL Pescador
“Un
economista que se encontraba de vacaciones, estaba en el muelle de un
pueblecito costero cuando llegó un pequeño bote con un solo pescador. Dentro
del pequeño barco había varios atunes amarillos de buen tamaño.
El economista se dirigió al pescador elogiándolo por la calidad del pescado y a su vez, le preguntó cuánto tiempo la había llevado pescarlos.
El pescador respondió que solo un poco de tiempo. El economista –asombrado- le preguntó: ¿Por qué no permanecía más tiempo en la mar y sacaba más pescado?
El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas de su familia. El economista posteriormente le volvió a preguntar: ¿Pero qué hace usted con el resto de tiempo libre? El pescador dijo, “duermo tranquilo, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, subo todas las noches al pueblo donde como y además toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida feliz y ocupada”.
El economista replicó, “Soy un Economista de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos el bote más grande podrías comprar varios botes, afortunadamente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador e incluso abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y posiblemente a Nueva York, desde donde manejarías tu empresa en expansión”.
El economista se dirigió al pescador elogiándolo por la calidad del pescado y a su vez, le preguntó cuánto tiempo la había llevado pescarlos.
El pescador respondió que solo un poco de tiempo. El economista –asombrado- le preguntó: ¿Por qué no permanecía más tiempo en la mar y sacaba más pescado?
El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas de su familia. El economista posteriormente le volvió a preguntar: ¿Pero qué hace usted con el resto de tiempo libre? El pescador dijo, “duermo tranquilo, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, subo todas las noches al pueblo donde como y además toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida feliz y ocupada”.
El economista replicó, “Soy un Economista de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos el bote más grande podrías comprar varios botes, afortunadamente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador e incluso abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y posiblemente a Nueva York, desde donde manejarías tu empresa en expansión”.
El pescador preguntó, “Pero… ¿Cuánto tiempo tarda todo eso?”
A lo cual respondió el economista, “Entre 15 ó 20 años”.
“¿Y luego qué? El economista se rió y dijo que esa era la mejor parte.
Cuando llegue la hora deberías anunciar una OPI – Oferta Inicial de Acciones– y vender las acciones de tu empresa al público. “Te volverás rico, tendrás millones y millones… ¿y luego qué? Dijo el americano, ”Luego te puedes retirar”. “Te mueves a un pueblecito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer la siesta con tu mujer, subir todas las noches al pueblo donde comas y toques la guitarra con tus amigos”.
El pescador le miró fijamente y le respondió… ¿Acaso todo eso no es lo que tengo ya?
FABULAS: LOS CONEJOS
Una vez
llegó a un pueblo un señor, bien vestido, y se instaló en el único hotel que
había en la localidad. Puso un anuncio en el periódico local, diciendo que
estaba dispuesto a comprar por 10€ cada conejo que le traigan.
Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de conejos, salieron corriendo a cazar conejos. El hombre compró, como había prometido en el aviso, todos los cientos de conejos que le trajeron a 10€ cada uno sin rechistar.
Pero como ya quedaban muy pocos conejos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés, entonces el hombre ofreció 20€ por cada conejo, y los campesinos corrieron otra vez al bosque.
Nuevamente, fueron mermando los conejos, y el hombre elevó la oferta a 25€, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.
Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de conejos, salieron corriendo a cazar conejos. El hombre compró, como había prometido en el aviso, todos los cientos de conejos que le trajeron a 10€ cada uno sin rechistar.
Pero como ya quedaban muy pocos conejos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés, entonces el hombre ofreció 20€ por cada conejo, y los campesinos corrieron otra vez al bosque.
Nuevamente, fueron mermando los conejos, y el hombre elevó la oferta a 25€, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.
Llegado a este punto, el hombre ofreció 50€ por cada conejo, pero, como tenía negocios que atender en la ciudad, dijo que dejaría a cargo de su ayudante el negocio diciendo que su ayudante los pagaría sin rechistar, para lo cual le dio poderes notariales.
Una vez que se fue el hombre a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles:
Fíjense en esta jaula llena de miles de conejos que mi jefe ha comprado para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes todos por 35€, y cuando mi jefe regrese de la ciudad, se los venden por 50€ cada uno como les ha prometido.
Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de conejos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del 'jefe'.
Desde ese día, no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe.
Lo único que vieron fue la jaula llena de conejos que compraron con sus ahorros de toda la vida.
“La soledad no existe, lo
que existe es la ausencia de compañía”,
aún en completo silencio y sin nadie a nuestro lado, no puede existir la
soledad, si tenemos dentro a una persona que llena nuestros sentidos, su imagen
al cerrar los ojos, su risa, en nuestros oídos y su ternura en nuestro
corazón, que lo llena todo, y se proyecta
hacia afuera e ilumina e irradia de vida el lugar más silencioso y vacío.
Solo los niños, pueden
causar ese efecto de ensordecedor bullicio, ya que es verdad, aquello de
que “la felicidad es como la neblina,
cuando estas dentro; no te das cuenta”, la infancia ese tiempo primero de
inocencia y de descubrir, de juegos y carreras locas, retos sin sentido, de
pies descalzos y ropa desaliñada donde la imaginación es parte importante del
juego diario, lo curioso es que cuando somos niños, podemos hacer partícipes a
los demás niños de nuestras propias fantasías, involucrarlos en nuestro mundo
interno.
Cuando vamos creciendo,
algunos vamos perdiendo esa capacidad, algunos incluso dejan de utilizar la
fuerza de su imaginación. Olvidamos que es la fuerza más grande que existe, la
fuerza que mueve al mundo, ya que todo lo que nos rodea nació de la imaginación
de un soñador, a veces vemos construcciones tan impresionantes que no podemos
creer que nació de la imaginación de una persona, aun teniendo ante nuestros ojos
la prueba de ello, nos negamos a creerlo, resulta muy difícil pensar que
también nosotros somos capaces de crear, más si los demás pudieron, que
privilegios tuvieron, que yo no goce jamás?.
Nada especial, solo no
perdieron la capacidad de soñar jamás.
Lo que aprendí hoy es que
todo puede ser capaz de ser trasmitido, todo lo que otros hacen con éxito,
podemos imitarlo y mejorarlo. Hoy me dije: “estamos mal diseñados”, recién a
los 30 años empezamos a tomarnos enserio la vida, pensamos en nuestras finanzas
y en tener un techo, pensamos en la vejes que ya se acerca y tenemos que
estar preparados; pronto tendremos
50 y ya no habrá tiempo; ahora si todo
puede ser trasmitido y legado; empecemos por dejar a nuestros niños protegidos,
no solo financieramente dejemos en su cabeza nuestras experiencias, dejemos en
su corazones, las lecciones de vida aprendidas, las ganas de progresar y las herramientas para hacerlo.
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Es diicil eոcօntrar articulos correctamente redactados, por llo tanto tengo que
ResponderEliminarfelicitar al autor.S2
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