El acoso escolar amenaza a casi un 2 por ciento de los niños españoles.
Los expertos señalan que el acoso escolar o bullying implica tres componentes clave:
1. Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o sólo percibido por la víctima.
2. La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un modo intencionado.
3. Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce de forma reiterada.
Hay muchas formas diferentes de meterse con un compañero y maltratarlo:
· lograr que el compañero maltratado haga cosas que no quiere hacer y que le pueden traer problemas;
- exigirle dinero;
- hacerle el vacío, consiguiendo que los demás tampoco se relacionen con él o ella;
- insultarle, ponerle motes, burlarse, reírse de él;
- sembrar rumores, chismorrear;
- amenazarle verbalmente o por escrito (notas, mensajes en el móvil, ...);
- darle empujones, collejas, pelearse o pegarle.
Algunos compañeros se ven diferentes porque son de otra raza, país, religión o bien son diferentes físicamente: más gordos, más bajos, más altos, visten diferente … Se sienten culpables de algo y su pregunta es “¿qué les pasa?”.
Cada cual es como es y eso nos hace únicos y valiosos. Incluso dentro de un mismo grupo, de una misma clase social o de una misma raza nadie es igual a otro. Todos somos diferentes y eso enriquece a la Humanidad.
No creas que el problema lo tienes tú, sino al revés: el problema lo tienen aquellos que se creen superiores. Muchas veces nos encontramos con personas intransigentes que sólo aceptan a los que son como ellos. Los que te tratan mal por tu diferencia están encerrados en su mundo y que es muy pequeño, no existe más que en sus mentes.
Las modas pasan, pero las personas perduran. Toda persona tiene derecho a su dignidad personal y ningún compañero o compañera debe ofender a otro o meterse con él por estos signos externos o por su diferencia de raza, religión o cultura. Si algún compañero se mete contigo por tu raza, tu apariencia física o tu forma de vestir, no le prestes atención. Si continúa metiéndose, házselo saber a tu profesor Tutor para tratar el tema en la clase de Tutoría.
Muchos chicos querrían hablar de los problemas que están sufriendo, pero no se atreven a hacerlo, ni ven el momento adecuado para ello. A veces ni siquiera se atreven a comentarlo con otro compañero, aunque sea su amigo. Les da vergüenza, sin embargo es necesario que el maltrato salga a la luz. Es la única forma de que paren las agresiones.
Cuando unos se meten con otros con intención de dañar, les hacen sufrir. Sienten placer al ver que son más fuertes y que pueden humillar con facilidad. Son incapaces de aceptar que la otra persona lo está pasando mal. Cuando sucede esto, estamos ante una situación de maltrato entre compañeros, y quien siga por ese camino, acabará siendo mal visto por los demás y sintiéndose tan mal como aquél a quien agrede. Ya no es “una broma”, es acoso y falta de respeto hacia una persona.
Tipos de acoso escolar o bullying
Físico: consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
Verbal: es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, …
Psicológico: se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…
Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.
Formas para averiguar si hay maltrato
Es habitual que la víctima no cuente lo que le pasa, por lo que deberemos estar muy atentos a los indicios que nos indiquen que algo extraño le ocurre. Éstos serían algunos síntomas a tener en cuenta:
Cambios en el estado de ánimo: parece triste.
Se muestra extraño y huidizo.
Parece nervioso; estado que se refleja en miedos nocturnos, tics nerviosos, irritabilidad, etc.
Se muestra distraído, absorto en sus pensamientos, olvidadizo, asustadizo, etc.
Finge enfermedades o intenta exagerar sus dolencias: dolores de cabeza, de tripa, etc.
Presenta moratones, heridas, etc.
Rehusa ir a la escuela, simula malestar.
Falta al colegio y da explicaciones poco convincentes cuando se le pregunta el porqué o adónde fue.
No tiene amigos para su tiempo de ocio.
La manifestación de estas conductas no siempre se debe a situaciones de maltrato, por lo que es esencial charlar con nuestros hijos acerca de aquello que les puede estar ocurriendo. Aunque no siempre sea fácil charlar con un adolescente, pues sus cambios de humor, su deseo de intimidad y su rudeza en el trato -rasgos propios del proceso evolutivo por el que están pasando- hacen en ocasiones muy difícil la comunicación con ellos, los padres debemos emplear todas las estrategias posibles para hablar con ellos, si sospechamos que nuestro hijo está en situación de riesgo o padece maltrato.
Formas de ayudar en un maltrato
Hay muchas formas de ayudar al compañero o compañera sin tener que enfrentarte con los agresores. Te sugerimos las siguientes estrategias:
No rías las gracias de los que se meten con otros.
Habla con el compañero acosado y pregúntale cómo se siente y lo que está ocurriendo.
Comenta con un profesor de confianza lo que estás viendo.
Cuenta en casa la situación y busca consejo en tus padres.
En caso de agresiones reiteradas o de intensidad muy grave (pelea, vejaciones, robos, agresiones en los vestuarios del gimnasio, persecuciones a la salida de clase, amenazas graves, u otras acciones que puedan causar mucho daño), avisad inmediatamente a un adulto.
Propón la discusión de este tema en Tutoría como preocupación del grupo.
Crea, con la ayuda del Tutor, un grupo de voluntarios que ayuden a posibles víctimas.
Redactad entre todos, en Tutoría, un código de respeto entre compañeros.
No calles: es tolerancia hacia el agresor.
Ponte en contacto con la organización de protección del menor PROTEGELES contacto@protegeles.com
En España, se estima que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive esporádicamente. Los datos varían en función de la fuente de la que procedan y del enfoque a la hora de estudiar el fenómeno.
Una encuesta del Instituto de la Juventud (INJUVE) eleva el porcentaje de víctimas de violencia física o psicológica habitual a un 3 por ciento de los alumnos. Y afirma que un 16 por ciento de los niños y jóvenes encuestados reconoce que ha participado en exclusiones de compañeros o en agresiones psicológicas.
El Defensor del Pueblo señala que el 5 por ciento de los alumnos reconoce que algún compañero le pega, mientras el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) indica que un 49 por ciento de los estudiantes dice ser insultado o criticado en el colegio, y que un 13,4 por ciento confiesa haber pegado a sus compañeros.
Algunos chicos y chicas creen que, cuando se meten con ellos, lo mejor es callarse y pasar desapercibido, pero eso agrava la situación. Tampoco hay que ir por el mundo desafiando a aquellos que nos gastan una broma o que se meten un poco con nosotros. Pero: cuando de forma continuada se metan mucho contigo, o con un compañero, debes recordar lo siguiente:
Cuéntaselo a alguien: a un amigo, un profesor, a tus padres ...
No es ninguna vergüenza pedir ayuda. Hazlo y te escucharán.
Busca protección en otros compañeros: no andes solo/a; busca amigos/as con quien relacionarte.
Respétate a ti mismo/a y piensa que nadie tiene derecho a tratarte mal y a hacerte daño. Sé firme y convéncete de que tú vales tanto como cualquier otra persona.
Intenta no mostrar miedo. En cuanto puedas, expresa tus sentimientos a alguien en quien puedas confiar y que pueda ayudarte a buscar soluciones.
Hazle saber al profesor Tutor lo que te pasa y que te gustaría que se hablara de la convivencia en tu grupo clase, sin tener que centrarse en tu problema en particular.
Revisa si hay algunas cosas de las que dices o haces que irrita a tus compañeros o no suele gustarles e intenta cambiarlas. Practica otras formas de responder en esas situaciones concretas.