lunes, 10 de abril de 2023

SIRENAS MITOLOGICAS

 Hola!

Chicas de Lindascaratulas, amantes de las letras.


LAS SIRENAS

Ninfas, deidades o quimeras, las sirenas han sido representadas por las culturas más antiguas, como la Egipcia, la Griega, la Romana e, incluso, por el cristianismo, el cual cambiaría la mitad ave de la sirena, por mitad pez durante el siglo IX. Antes de esto, se representaba como mitad mujer y mitad pájaro, incluso, llevaba unas alas y simbolizaba la fuerza.



En la mitología griega y escandinava, la sirena es una semidiosa que vive en los océanos y con sus cantos son capaces de seducir a los hombres, atrayéndolos hacia las aguas.



FRAGMENTO

 Wilde, Oscar - El Pescador y su Alma

Tan bella era aquella sirenita que cuando el joven Pescador la vio, se sintió sobrecogido de maravilla, alargó la mano y la atrajo hasta él; luego inclinándose sobre el borde de la barca, la tomó en brazos. 

Pero apenas la tocó, la sirenita gritó como una gaviota asustada, y despertó, y lo miró con sus ojos de amatista llenos de terror, esforzándose en un vano intento de escapar. 

Él la sujetó poderosamente abrazada, sin dejarla escapar. Cuando la sirenita comprendió que no había forma de huir se puso a llorar y dijo: 

—Te suplico que me dejes en libertad. Soy la hija única de un Rey, y mi padre ya es viejo y vive solo. Pero el joven Pescador respondió: 

—No te soltaré hasta que me prometas que cada vez que te llame obedecerás mi llamada, y cantarás para mí. A los peces les fascina el oír las canciones del pueblo del mar, y así mis redes estarán siempre llenas. 

—¿Juras que me soltarás si te hago esa promesa? —preguntó la sirena. —Juro que te soltaré —respondió el joven Pescador.

Ella hizo entonces la promesa pactada, jurando con el juramento de los hijos del Mar. Él abrió los brazos y la sirenita se sumergió en el agua temblando con un extraño temblor. 2 Todas las tardes el joven Pescador se internaba mar adentro, y llamaba a la sirena, y ella acudía invariablemente; salía del agua y cantaba. En torno de ella nadaban los delfines, y las gaviotas le revoloteaban sobre la cabeza. Cantaba una canción maravillosa. 


Mientras la sirenita cantaba, los atunes subían de las profundidades para oíra, y el joven Pescador lanzaba sus redes al mar y los atrapaba, o bien traspasaba con su arpón a los más grandes. Y cuando tenía su barca bien cargada, la sirena le sonreía y se sumergía nuevamente hacia el reino de su padre. 



Hans Christian Andersen
La sirenita (fragmento)

"Cuando no soplaba el viento, se veía el sol; parecía una flor purpúrea, cuyo cáliz irradiaba luz.

Cada princesita tenía su propio trocito en el jardín, donde cavaba y plantaba lo que le venía en gana. Una había dado a su porción forma de ballena; otra había preferido que tuviese la de una sirenita. En cambio, la menor hizo la suya circular, como el sol, y todas sus flores eran rojas, como él. Era una chiquilla muy especial, callada y cavilosa, y mientras sus hermanas hacían gran fiesta con los objetos más raros procedentes de los barcos naufragados, ella sólo jugaba con una estatua de mármol, además de las rojas flores semejantes al sol. La estatua representaba un niño hermosísimo, esculpido en un mármol muy blanco y nítido; las olas la habían arrojado al fondo del océano. La princesa plantó junto a la estatua un sauce llorón color de rosa; el árbol creció espléndidamente, y sus ramas colgaban sobre el niño de mármol, proyectando en el arenoso fondo azul su sombra violeta, que se movía a compás de aquéllas; parecía como si las ramas y las raíces jugasen unas con otras y se besasen.



Lo que más encantaba a la princesa era oír hablar del mundo de los hombres, de allá arriba, la abuela tenía que contarle todo cuanto sabía de barcos y ciudades, de hombres y animales. Se admiraba sobre todo de que en la tierra las flores tuvieran olor, pues las del fondo del mar no olían a nada; y la sorprendía también que los bosques fuesen verdes, y que los peces que se movían entre los árboles cantasen tan melodiosamente. Se refería a los pajarillos, que la abuela llamaba peces, para que las niñas pudieran entenderla, pues no habían visto nunca aves. "




domingo, 2 de abril de 2023

PINTAR - COLOREAR - RELAJARSE

Pintar y dibujar es beneficioso para la salud y las emociones, tanto de los niños como de los adultos. Además de resultar entretenido, ayuda a reducir el estrés y la angustia de forma temporal

Beneficios de pintar

Actividades como colorear se asocian a los más pequeños y está demostrado que les ayuda a expresarse, a relajarse y a inducir su creatividad. Los adultos, aunque más reacios a coger los lápices de colores, también obtienen grandes beneficios. 

La psicóloga clínica Amaya Terrón describe que los movimientos rítmicos, regulares y suaves con un impacto en el papel o colorear rellenando espacios delimitados pueden hacer que la persona se enfoque tanto en la tarea que está realizando que, con el entrenamiento correcto, llegue a desconectar de otros pensamientos intrusivos o que generen ansiedad. 

Ayuda a focalizar: Es una herramienta excelente para desechar pensamientos espontáneos y, al mismo tiempo, ayuda a concentrarse.

Aporta bienestar: Mezclar colores, andar entre pinceles… aporta felicidad. Y, como en el caso del deporte, no solo durante la actividad, sino también tras finalizarla.

Reduce el estrés: Reduce el estrés, la ansiedad y la angustia de forma temporal. Un estudio publicado en 2016 en la Journal of the American Art Therapy Association halló que pintar  suponía la rebaja de los niveles de cortisol, responsable del estrés.

Favorece el autoconocimiento

Fomenta estados de alta concentración donde caen las defensas y la persona está más abierta a ciertos contenidos sobre ella misma y las circunstancias que le rodean. Ayuda a tomar conciencia sobre algunos estados emocionales y, dado su alto componente relajante, hace más resistente para enfrentarse y resolverlos.

Fomenta la creatividad

El proceso de dibujar y pintar supone que el cerebro esté continuamente en marcha para idear cosas nuevas. Ponerse a crear favorece la «necesidad» y el gusto de querer volver a crear otra vez.


 


Cuento: ¡Las Aventuras Frutales de Pepito Pepinillos en el Planeta Canino!

Había una vez un hombre llamado Pepito Pepinillo, cuyo trabajo consistía en cultivar las frutas más chispeantes y jugosas en su huerto. Pepi...