jueves, 25 de octubre de 2012

DISEÑO GRAFICO DONDE ESTÁN LOS POETAS?

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Para mi el mejor poema que conozco es La Amada inmóvil, de Amado Nervo o COBARDIA, también de Amado; en mi lista agregaría al  El Poema 20 de Pablo Neruda, y El Poema 15 también de Neruda, La Rima LIII de Bécquer, Federico Barreto tiene varios que sin duda son los favorito de muchos como,  su poema El Beso, o Antes que Tú, son famosísimos, y tan distintos que se me hace difícil creer que son del mismo autor; no podemos dejar de lado a Cesar Vallejo - Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! Esta frase en su poema Los Heraldos Negros, siempre me gustó aún ahora me gusta; Piedra Negra sobre piedra blanca; La Masa; sobre todo La Masa, la primera vez que llego a mi este poema en el salón de clases nos causo mucha risa y el profesor nos regaño; se tomo el tiempo de explicarnos, de la forma que solo un verdadero  maestro por vocación  puede hacer y entonces lo comprendí, gracias Vallejo por este poema…!!!


Tristitia de Abraham Valdelomar, tengo referencias de que este autor era un engreído, pero aunque lo escuche mil veces, nunca voy a creerlo nadie que es capaz de escribir un poema como este, podría ser un engreído.


Jose Angel Buesa tiene una gran cantidad de poemas, de los cuales elegir, no puedo coincidir con la preferencia de todos pero El Poema de Despedida, cerro varios capítulos de mi vida, y es sin duda el segundo de mis favoritos; “Como has cambiado pelona”, siempre repetimos esta frase, casi como un modismo, cuando las personas que un día conocimos sencillas de pronto cambiaron; el poema  le pertenece a Nicomedes Santa Cruz,  un gran poeta, por decirlo menos genial, genial!!





Dejo fuera de este articulo a muchos poetas y muchos poemas que merecen la pena nombrarse; porque no escribí este post  buscando el Mejor Poema del Mundo; los escribe ante pregunta ¿Y que paso con los poetas?; nacen cada día millones de niños en el Mundo, algunos con talentos innatos para la música, el canto, el ajedrez, el baile, en fin, ¿qué sucede en  el mundo?, por qué ya no nacen  poetas, y si no nacen, ¿por qué no se hacen sobre marcha poetas?, es acaso que ser poeta ya no es rentable?,  o es peor aún, que ya no tenemos románticos?, los que aman tristes, desesperados y locos; los que tienen miedo de abrir sus heridas que suelen sangrar; los que dicen cosas como esta:

 

¿Quieres que hablemos? Está bien empieza:
Habla a mi corazón como otros días...
¡Pero no!... ¿qué dirías?
¿Qué podrías decir a mi tristeza?....

Esta noche de lluvia, triste y callada, me consuela pensar que en algún lugar, algún poeta escribe a su amada y espera ser descubierto.

Les dejo algunos de los poemas que menciono en este artículo, por si no los conocen; para que tengas palabras dulces que decirles a sus amadas, esto me trae recuerdos, de cuando molestábamos a mi sobrino y le decíamos, dile palabras dulces a tu enamorada, como por ejemplo que su cabeza parece un algodón de dulce o sus piernitas flacas bastoncitos de caramelo.



COBARDÍA

Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul!
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza
de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul...

Pasó con su madre. Volvió la cabeza:
¡me clavó muy hondo su mirada azul!

Quedé como en éxtasis... Con febril premura,
«¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.

...Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la dejé pasar!



LA AMADA INMÓVIL:

¡EN ESTA vida no la supe amar!
Dame otra vida para reparar,
¡oh Dios!, mis omisiones,
para amarla con tantos corazones
como tuve en mis cuerpos anteriores;
para colmar de flores,
de risas y de gloria sus instantes;
para cuajar su pecho de diamantes
y en la red de sus labios dejar presos
los enjambres de besos
que no le di en las horas ya perdidas...
Si es cierto que vivimos muchas vidas
(conforme a la creencia
teosófica), Señor, otra existencia
de limosna te pido
para quererla más que la he querido,
para que en ella nuestras almas sean
tan una, que las gentes que nos vean
en éxtasis perenne ir hacia Dios
digan: "¡Como se quieren esos dos!"
A la vez que nosotros murmuramos
con un instinto lúcido y profundo
(mientras que nos besamos
como locos): "¡Quizá ya nos amamos
con este mismo amor en otro mundo!"


EL BESO

Con candoroso embeleso
y rebozando alegría,
me pides morena mía
que te diga... ¿Qué es un beso?

Un beso es el eco suave de un canto,
que más que canto es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.

Un beso es el dulce idioma
con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.

Un beso es...no seas loca...
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!


RIMA LIII

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!


ANTES QUE TU

Sonríes, al pasar, con ironía
Porque me juzgas un rival vencido…
¡Imbécil! la mujer que has elegido,
antes que fuera tuya, ha sido mía.

 En sus labios de rosa bebí un día
La esencia del licor apetecido
¿Y tú de qué te ríes? ¿qué has bebido?
¡Las sombras de la copa de ambrosía!
 Ella probó en mis brazos la ventura.
Para mi fue flor de su hermosura.
Yo fui sábelo bien su primer hombre.
 
¿Hoy la posees? No me causas enojos
cuando la besas tú, cierra los ojos
y, bajando la voz dice mi nombre…



POEMA DE LA DESPEDIDA

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.



A COCACHOS APRENDÍ

A cocachos aprendí
mi labor de colegial
en el Colegio Fiscal
del barrio donde nací.

Tener primaria completa
era raro en mi niñez
(nos sentábamos de a tres
en una sola carpeta).
Yo creo que la palmeta
la inventaron para mí,
de la vez que una rompí
me apodaron “mano´e fierro”,
y por ser tan mataperro
a cocachos aprendí.

Juguetón de nacimiento,
por dedicarme al recreo
sacaba Diez en Aseo
y Once en Aprovechamiento.
De la Conducta ni cuento
pues, para colmo de mal
era mi voz general
“¡chócala pa la salida!”
dejando a veces perdida
mi labor de colegial.

¡Campeón en lingo y bolero!
¡Rey del trompo con huaraca!
¡Mago haciéndome “la vaca”
y en bolitas, el primero...!
En Aritmética, Cero.
En Geografía, igual.
Doce en examen oral,
Trece en examen escrito.
Si no me “soplan” repito
en el Colegio Fiscal.

Con esa nota mezquina
terminé mi Quinto al tranco,
tiré el guardapolvo blanco
(de costalitos de harina).
Y hoy, parado en una esquina
lloro el tiempo que perdí:
los otros niños de allí
alcanzaron nombre egregio.
Yo no aproveché el Colegio
del barrio donde nací...





COMO HAS CAMBIADO PELONA

Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería
.

Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,
y tu cabeza de bruja
la amarraste con peinetas.
Por no engordar sigues dietas
y estás flaca y hocicona.
Imitando a tu patrona
has aprendido a fumar.
Hasta en el modo de andar
cómo has cambiado, pelona.

Usas reloj de pulsera
y no sabes ver la hora.
Cuando un negro te enamora
le tiras con la cartera.
¡Qué...! ¿También usas polvera?
permite que me sonría
¿Qué polvos se pone usía?:
¿ocre? ¿rosado? ¿rachel?
o le pones a tu piel
cisco de carbonería.

Te pintaste hasta el meñique
porque un blanco te miró
«¡Francica, botá frifró
que son comé venarique...!»
Perdona que te critique,
y si me río, perdona.
Antes eras tan pintona
con tu traje de percala
y hoy, por dártela de mala
te has vuelto una negra mona.

Deja ese estilo bellaco,
vuelve a ser la misma de antes.
Menos polvos, menos guantes,
menos humo de tabaco.
Vuelve con tu negro flaco
que te adora todavía
Y si no, la policía
te va a llevar de la jeta
por dártela de coqueta
con tanta huachafería.


lunes, 22 de octubre de 2012

CARATULAS DE ANGELES



¿Alguna vez viste un ángel?; Umm… ¿has visto a tus hijos dormir?, son tan hermosos; practica contarles cuentos hasta que el sueño les llegue y diles algo gracioso, cuando ya han cerrado los ojos;  lo que yo vi fue dulce y maravilloso, atesorare este momento como uno de mis recuerdos más queridos,  ver a un niño sonreír mientras duerme debe ser la expresión más sublime de la ternura; el grafico perfecto de la belleza,  la fotografía que se impregna en tu mirada y se queda por siempre en tu alma.
Entonces te sientes una mejor persona; mas generosa, amable, y feliz; hoy al rememorarlo quise compartir este momento y me pregunto ¿si todos pudieran ver la dulce sonrisa que alumbro su carita aquella noche?, seguramente nos olvidaríamos de los sinsabores y reveces de la vida, y sentirían esta paz  que yo siento ahora; respiro profundo y digo ¡ahhh el mundo no podría ser más perfecto!



Comparto unos diseños de angelitos, para tu colección escolar, me gustaría que puedas incorporarlas a tus tareas y por supuesto que estudies mucho; la mayor felicidad para un padre siempre será que tengas buenas calificaciones, mi mamá cuando niña me decía, la única herencia que puedo dejarte es la educación; todo lo que esta en tu cabecita nadie podrá quitártelo.
Además de coleccionar bordes, diseños y caratulas bonitas, prueba coleccionar bonitos recuerdos, son como venditas para el alma, cuando te sientes triste recuerdas un momento feliz y listo el mundo regresa a su equilibrio; para eso es importante tener buenos amigos, practicar deportes, comer sano y sobre todo sonreír, sonreir, sonreir.

Te dejo un ejemplo de como una sonrisa le salvo la vida a un gran hombre:

Muchos conocen bien El principito, un libro maravilloso escrito por Antoine de Saint-Exupéry. Es un libro que, sin dejar de ser un cuento para niños, es también un recurso maravilloso para estimular el pensamiento en los  adultos. Muchos menos son los que tienen conocimiento de otros escritos, novelas y cuentos del autor.
Saint-Exupéry era un piloto de caza que luchó contra los nazis y murió en acción. Antes de la segunda guerra mundial, luchó contra los fascistas en la guerra civil española. A partir de aquella experiencia escribió un cuento fascinante con el título de La sonrisa. Aunque no está claro si la intención del autor era escribir un texto autobiográfico o de ficción, yo prefiero creer en la primera posibilidad.
Cuenta el autor que, capturado por el enemigo, lo confinaron en una celda.
Por las miradas desdeñosas y el rudo tratamiento que recibió de sus carceleros, estaba seguro de que al día siguiente lo ejecutarían.
«Estaba seguro de que me matarían, y me fui poniendo tremendamente inquieto y  nervioso. Repasé mis bolsillos en busca de algún cigarrillo que pudiera haber quedado en ellos pese al registro y encontré uno que, con manos temblorosas, apenas pude llevarme a los labios. Pero no tenía fósforos; eso sí se lo habían llevado.
»Por entre los barrotes miré a mi carcelero, que evitaba mantener contacto conmigo. Después de todo, nadie intenta mirar a los ojos a una cosa, a un cadáver. Decidí  preguntarle:
»—¿Tiene fuego, por favor?
»Me miró, se encogió de hombros y se acercó a encenderme el cigarrillo.
»Mientras se acercaba para encender el fósforo, sin intención alguna, nuestros ojos se cruzaron. En ese momento, sin saber por qué, le sonreí. Quizá fuera por nerviosismo, tal vez porque cuando dos personas están muy cerca una de otra es muy difícil no sonreír. En todo caso, le sonreí. En ese instante fue como si se encendiera una chispa en nuestros corazones, en nuestras almas: éramos humanos. Sé que aunque él no lo quería, mi sonrisa pasó a través de los barrotes y provocó otra sonrisa en sus labios. Me encendió el cigarrillo y se quedó cerca, mirándome directamente a los ojos, sin dejar de sonreír.
»También yo seguí sonriéndole; ahora ya lo veía como a una persona, no como a un simple carcelero. Pareció como si el hecho de que me mirara hubiera cobrado también una nueva dimensión.
»—¿Tienes hijos? —me preguntó.
»—Si, mira.
»Saqué la cañera y busqué las fotos de mi familia. Él también sacó las fotos de sus hijos y empezó a hablar de los planes y las esperanzas que ellos le inspiraban. A mí se me lenaron los ojos de lágrimas. Le dije que temía no volver a ver nunca a mi familia, no poder llegar a verlos crecer. A él también se le humedecieron los ojos.
»De pronto, sin decir nada más, abrió la puerta y sin añadir palabra me guió hacia la salida. Ya fuera de la cárcel, silenciosamente y por callejas apartadas, me condujo fuera de la ciudad. Allí, ya casi en el límite, me dejó en libertad y, sin una palabra más, regresó.
»Aquella sonrisa me había salvado la vida.



Sí, la sonrisa... el contacto espontáneo, natural, no afectado entre las personas.
Éste es un episodio que cuento en mi trabajo porque me gustaría que la gente pensara en que, debajo de todas las capas defensivas que construimos para protegernos, para proteger nuestra dignidad, nuestros títulos, nuestros grados, nuestro estatus y nuestra necesidad de que nos vean de tal o cual manera... por debajo de todo eso, sigue estando, auténtico y esencial, lo que somos. No me asusta llamarlo alma. Realmente, creo que si esa parte de ti y esa parte de mí pudieran reconocerse la una a la otra, no seríamos enemigos. No podríamos sentir odio ni envidia ni miedo. Con tristeza llego a la conclusión de que todos esos estratos que tan cuidadosamente vamos construyendo a lo largo de toda la vida, nos distancian de los demás y nos aíslan de cualquier auténtico contacto con ellos. El relato de Saint-Exupéry nos habla de ese momento mágico en que dos almas se reconocen.
No he tenido más que unos pocos momentos como aquél. Enamorarse es un ejemplo y también observar a un bebé. ¿Por qué sonreímos cuando vemos un bebé? Quizá sea porque vemos a alguien que aún no tiene todas esas barreras defensivas, alguien que, bien lo sabemos, cuando nos sonríe lo hace de forma totalmente auténtica y sin engaños. Y el alma de bebé que seguimos llevando dentro sonríe con melancólico agradecimiento.
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Halloween: Feliz Noche de Brujas, pequeños monstruos

¡Ah, Halloween! Esa noche mágica cuando los fantasmas, zombis y niños se apoderan de las calles como si fuera la última fiesta de la escuela...