DEPRESIÓN INFANTIL
Hoy es un hecho indiscutible que niños y niñas pueden tener
depresión. Estadísticas nacionales revelan que entre un 4 y un 6 por ciento de
la población infantil ha desarrollado algún grado de depresión que se refleja
en un conjunto de síntomas que por su cantidad, intensidad y duración, incide
en el desarrollo normal de los niños.
Nos encontramos en la actualidad con niños que sufren trastornos
psíquicos encubiertos, algunos de ellos son los llamados cuadros de depresión
infantil con diferentes grados de severidad. Para que exista depresión, primero
el niño tiene que haber conseguido la función psíquica de la tristeza.
Así pues, en edades de 2 a 5 años es complicado distinguir lo que es depresión
de lo que es el nacimiento de la tristeza, la pena o la nostalgia.
Casi todo problema de desajuste psíquico en los niños está
impregnado de ansiedad y de depresión, de forma irregular e intercambiable.
Pudiera estar provocada por factores externos al niño, que le agreden de una
manera directa o indirecta, o conflictos personales del niño más internos.
Pero detectar una
depresión infantil no es fácil. Primero, porque la forma en que la depresión se
manifiesta depende de la etapa de desarrollo, ya que puede aparecer en todas
las edades. Un niño pequeño, por ejemplo, no podrá verbalizar qué lo aproblema
y se expresará mayormente a través de conductas de hiperactividad o
retraimiento. En cambio, un niño más grande podrá, a través de sus expresiones,
dar pistas más claras de lo que vive.
Sin embargo, quienes pueden alertar mejor de una depresión
infantil son los adultos más cercanos y significativos a los niños: padres y
profesores. Por eso habrá que prestar atención a ciertos comportamientos que
persisten e interfiere con su desenvolvimiento normal y no dejarse llevar por
mitos como que "los niños no entienden", "no les afecta" o
"se les pasa con el tiempo".
Los criterios generales para diagnosticar depresión infantil son
la presencia de estados de ánimo caracterizados por la tristeza, el
retraimiento o la irritabilidad, y al menos tres de los siguientes síntomas:
·
Afecta diferentes aspectos (niveles cognitivo, afectivo, motriz).
·
Afecta los estados de ánimo: el niño se siente triste, llora con
facilidad, es incapaz de disfrutar las cosas que antes sí disfrutaba, pérdida
de interés por actividades usuales
·
En el aspecto cognitivo apreciamos que su cognición, sus
pensamientos, están distorsionados; se altera la capacidad de comprensión y de
atención.
·
En el aspecto psicomotor: se cansan sin motivo y su nivel de
actividad desciende mucho o por el contrario son hiperactivos.
·
Se perciben también aspectos psicosomáticos: alteración del sueño,
en el comer, pérdida de apetito, pérdida de peso; o aumento del apetito y
ganancia de peso, cefaleas, vómitos, dolores abdominales.
·
Tendencia constante a descalificarse (soy tonto, no sirvo)
·
Desmotivación (no valgo la pena), falta de fuerzas (no puedo), autocrítica
y desvalorización (no valgo)
·
Deterioro en los estudios , concentración deficiente y ausencias
frecuentes de la escuela ,aislamiento social, comunicación pobre, problemas
para relacionarse, pierde el interés por los juegos preferidos y por la escuela
,se aleja de sus amigos y de la familia
·
Hablar de o tratar de escaparse de la casa, pensamientos o
expresiones suicidas o actuaciones autodestructivas.
·
Se comporta de una manera agresiva , sufre ataques de rabia u
hostilidad persistente, se irrita o sensibiliza frente a pequeñas frustraciones,
montando rabietas o berrinches con más facilidad.
·
Alta sensibilidad al fracaso y al rechazo.
·
Quejas frecuentes de enfermedades físicas, p. ej. dolor de cabeza
o de estómago.
·
Elige “finales tristes” para sus cuentos y representaciones
·
Sufre una regresión, hablando como un bebé u orinándose en la cama
Durante años se consideró que este trastorno del estado de ánimo no era propio de niños; sin embargo, se ha observado que incluso en los primeros meses de vida puede presentarse la depresión.
Con niños de hasta tres años, las señales para preocuparse
empiezan cuando estos parecen tristes o decaídos, aun cuando se les están
consolando. Pueden, incluso, que se apeguen desesperadamente a quien se ocupa
de ellos o que dejen de comunicarse. La depresión en estos niños está casi
siempre conectada con el cambio o pérdida de la persona responsable de su
cuidado, o cuando quien les cuida no es capaz de responder a sus necesidades.
Lo primero que hay que decir es que cada niño es único en su forma
de ser. Hay que conocer muy bien al niño y saber lo que es realmente normal en
su comportamiento. No hay que apresurarse a sacar conclusiones.
Si estos síntomas duran por lo menos dos semanas, podemos estar en
presencia de una depresión infantil.
No ignorar los síntomas de depresión
Dar mas atención de la normal al niño. Jugar con él ya que así le
será más fácil hablar sobre sus problemas. Leerle libros infantiles con temas
relacionados, dibujar, pintar, construir un puzzle con el niño. Dedicarle un
momento especial y único y así, crear un ambiente más cercano y de confianza.
Hacer preguntas y estar atento a
las “pistas”
Un niño en edad de escolarización primaria puede llegar a decir
“soy tonto”. No se trata simplemente de apoyarlos diciéndoles que no lo son;
hay que preguntarles porqué piensa que es así, si pasó algo en la escuela, etc.
El niño podrá contestar diciendo que todo es una porquería. Y entonces habrá
que preguntarle qué es lo que le parece malo. Lo importante es indagar sobre lo
que piensa el niño. El niño necesita de atención, necesita sentir que el
interés también se centra en él.
Establezca y mantenga las rutinas
El niño necesita sentirse regido por una disciplina. Se sienten
colaboradores y partícipes cuando se establece un horario para cada actividad.
Los “limites” los piden ellos. De esta forma le estaremos diciendo al niño que
los problemas no son culpa de ellos, que todo continúa como antes y que él es
importante.
Estar atento por si el niño tiene estrés
Es necesario reevaluar el calendario diario de actividades del
niño. Pregúntele si no está haciendo demasiadas cosas. Si no se está
sobrecargando de actividades. Puede que el niño se siente cansado y estresado.
Nada mejor que mimarlos y a la vez averiguar sobre su rutina.
Estar pendiente sobre el tipo de comida que más le gusta, si duerme toda la
noche, si necesita de nuevas actividades y rutinas.
Buscar tratamiento médico
Si el niño ha sobrepasado el límite de la normalidad, habrá que
buscar ayuda y apoyo medico. El diagnóstico y tratamiento temprano de la
depresión son esenciales para los niños deprimidos.
El Modelo Biológico y el Modelo Psicológico:
A lo largo de la historia diferentes modelos han tratado de dar
explicación a la Depresión infantil. Podemos agruparlos en dos grandes bloques:
Modelo Biológico
Modelo Psicológico
El modelo biológico
dice que la depresión infantil se produce por una alteración de los
neurotransmisores y la manera de tratar será mediante la administración de
psicofármacos.
En el modelo psicológico podemos distinguir tres corrientes:
Psicoanálisis:
Cree que la depresión se produce por la falta de autoestima o la muerte de un
ser querido.
Conductual:
Se cree que la depresión infantil se produce por falta de reforzamientos.
Cognitiva:
Postula que el niño se deprime porque se producen distorsiones cognitivas en él
respecto a:
·
sí mismo
·
el mundo que lo envuelve
·
el futuro
Para evaluar la depresión infantil debemos utilizar diferentes
pruebas entre las que cabe destacar las siguientes:
·
Pruebas psicofisiológicas
·
Pruebas psicológicas, dentro de las cuales destacamos:
Escalas autoevaluativas (CDI o el BIRLENSON)
Escalas heteroevaluativas (para los padres,
otros adultos o inclusive sus propios compañeros)
Entrevistas estructuradas (DISC)
Entrevistas semiestructuradas (POZNANSKI)
A nivel cognitivo están mucho más desestructurados, viven los
fracasos de forma más grave de lo que realmente es, sin encontrar vías
alternativas de solución.
La Depresión es un factor que puede afectar también al suicidio en
los niños.
DIFICULTADES EN EL
DIAGNÓSTICO DE LA DEPRESIÓN INFANTIL:
Existen dificultades en la tarea diagnóstico de este trastorno en
los niños debido a:
Falta de unidad en la utilización del termino
depresión
Desarrollo o etapa evolutiva por la que atraviesa
el niño.
Rendimiento intelectual y características
emocionales.
Incapacidad
de los niños, sobre todo de los más pequeños, para expresar con precisión sus
estados de ánimo.
Generalmente la consulta es solicitada por los padres o por
observación de los maestros, quienes son los que aportan los relatos y datos
sobre los que se basará el profesional para realizar su trabajo.
Se ha observado a través de técnica que no siempre los padres
tienen capacidad para detectar síntomas depresivos en sus hijos
En la mayoría de los casos
estos se presentan junto a síntomas depresivos convencionales.
Es difícil asegurar si la depresión es causa o síntoma secundario
del trastorno de conducta.
Por ejemplo en el síndrome por déficit atencional con
hiperactividad la depresión puede aparecer como consecuencia de las
dificultades en la adaptación social que aqueja a estos niños.
No podemos atenernos a un criterio rígido aceptado como depresión
infantil solamente los criterios preestablecidos para los adultos. Para
realizar una adecuada selección de las estrategias clínicas es necesario
basarse en un diagnóstico correcto, por lo cual se hace necesario profundizar
sobre el terna especialmente en la compresión del desarrollo de la efectividad.
Los criterios de severidad y duración han ayudado para distinguir la tristeza
normal de la patológica.
En cuanto al trabajo
terapéutico con niños que padecen depresión primero hay que hacer un
diagnóstico diferencial de acuerdo a la edad de los mismos y las
características e intensidad de los síntomas.
A través de las primeras
entrevistas con los padres, el
profesional contará con un conjunto
de datos que son
de gran importancia:
Antecedentes familiares de enfermedad
psiquiátrica, los cuales aportan información valiosa acerca del cuadro clínico.
Un entorno familiar desorganizado.
Depresiones de los padres.
Situaciones escolares y sociales adversas.
Patologías orgánicas o psicológicas en el niño
Si el niño ha estado deprimido antes, es
importante saber si se realizó alguna consulta y el tipo de tratamiento llevado
a cabo.
Saber si el
niño ha sufrido un trauma emocional grave reciente.
Una vez evaluada la información obtenida, ésta debe completarse
con la observación y el proceso diagnostico . De acuerdo a la edad del mismo se
eligen las pruebas y técnicas adecuadas que nos permitan el abordaje
correspondiente, siendo efectivas para tal fin la hora de juego diagnostico y
el dibujo libre entre otras.
Los trastornos de las funciones cognitivas son manifestación
sintomática del síndrome depresivo. Se pude observar en algunos niños una
hiperamnesia de los errores cometidos, de recuerdos desalentadores y una
amnesia en relación a hechos felices; las conductas están afectadas por
sentimientos de carácter pesimista.
En el afán de llegar a una
definición de la depresión infantil se ha comparado lo observado con estudios
realizados en adultos, llegando a la conclusión de que la depresión es
frecuente en pacientes orgánicos y que el deterioro cognitivo estaría
relacionado con el estado depresivo. Desde una visión neuropsicologica podemos
decir que la depresión infantil tiene un claro componente neurobiótico y una
manifestación sociocognitiva que abarca a todas la áreas del conocimiento.
FASES EN EL PROCESO DE
SEPARACIÓN MATERNO-INFANTIL
Fase asténica y reactiva: Caracterizada por ansiedad, gritos, dificultades para dormir, terrores nocturnos, reacciones de oposición, regresión en su comportamiento alimentario, etc.
Fase asténica y reactiva: Caracterizada por ansiedad, gritos, dificultades para dormir, terrores nocturnos, reacciones de oposición, regresión en su comportamiento alimentario, etc.
Fase depresiva: Se caracteriza por la disminución de la movilidad y plasticidad, indiferencia ante los estímulos que se le presentan, pérdida de iniciativa, etc.
Fase autodestructiva: Se caracteriza por la reducción de su vida de relación a solo sus necesidades primarias, apatía, indiferencia y numerosas manifestaciones depresivas. En esta fase, la restitución de la madre no logra hacer reversible el estado en el que el niño se encuentra después del primer año de vida.
POSIBLES FACTORES DESENCADENANTES
Acontecimiento o evento estresante: La aparición de un acontecimiento o evento estresante puede favorecer la existencia de pensamientos depresores, sobre todo en estas edades en las que el niño es mucho más vulnerable.
Acontecimiento o evento estresante: La aparición de un acontecimiento o evento estresante puede favorecer la existencia de pensamientos depresores, sobre todo en estas edades en las que el niño es mucho más vulnerable.
Por lo general, la reiteración del fracaso (culpabilizar al niño
de ciertos fracasos) y la ansiedad que suele acompañar a estos acontecimientos,
puede hundir al niño en un estado de indefensión haciendo que se inhiba más.
La familia: Constituye un ambiente especialmente importante, tanto por las influencias que tiene en el comportamiento infantil, como por el conjunto de relaciones que en ella se configura. Por lo que cualquier conflicto que se dé en la familia puede afectar directamente al niño, por ejemplo, disputas familiares o inestabilidad de la convivencia familiar.
El carácter permisivo de los padres: Éste es un factor que quizás sea más determinante en niño algo más mayores, pero a estas edades influye el que los padres riñan constantemente al niño por jugar con algo o que no le dejen experimentar como es propio en estas edades, es decir, que no le dejen tocar, moverse...etc.
La escolarización: Otra causa de la depresión infantil es el fracaso en el rendimiento escolar. En ocasiones, los menores tienen cargas de trabajo muy pesadas, lo cual implica gran exigencia tanto por parte de los maestros como de su familia. Esto provoca en ellos angustia y tristeza, con lo que su capacidad de estudio disminuye y se establece un círculo vicioso.
Este factor junto con los otros no suelen ser los únicos motivos
de la depresión infantil, generalmente se dan combinados y con otros
trastornos, como hiperactividad, agresividad, lo que hace difícil la detección
de la depresión.
Bibliografía consultada:
·
“Psicología y Educación
para la Prosocialidad”, Robert Roche Olivar, 1998, Red Federal de Formación
Docente, Ministerio de Cultura y Educación de la Nación.
·
Revistas del CONSUDEC,
Nros.860, 878, Años 2000, Buenos Aires.
Conclusión:
Tanto en el Centro Escolar o en el hogar, el niño siempre estará
bajo observación, lo que nos da la tranquilidad de que siempre podremos
prevenir e intervenir precozmente el problema. La experiencia de vida de los
niños es más sensible ya que están en un proceso de desarrollo y cambio
continuo.
Es muy probable que no podamos eliminar la depresión en nuestro
mundo, Sin embargo, mientras más estudiemos sus orígenes, vamos a poder ayudar
y prevenir sus efectos destructivos en el funcionamiento humano de nuestros
niños y adolescentes.
Les dejo un poema:
Reír llorando
Viendo a Garrit actor de la Inglaterra, el pueblo al aplaudirlo le decía, " eres el más gracioso de la Tierra, y el más feliz " y el cómico reía. Víctimas del spleen los altos lores, en sus noches más negras y pesadas, iban a ver al rey de los actores y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez ante un médico famoso, llegose un hombre de mirar sombrío;
- "Sufro" le dijo – "
un mal tan espantoso como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo, no me importa ni mi nombre ni mi suerte, en un eterno spleen muriendo vivo, y es mi única ilusión la de la muerte."
- Médico: viajad y os distraeréis?
- Tanto he viajado.
- Médico: la lectura buscad.
- Tanto he leído.
- Médico: que os ame una mujer.
- Si soy amado.
- Médico: un título adquirid.
- Noble he nacido.
- Médico: pobre seréis quizá?
- Tengo riquezas.
- Médico: de lisonjas gustáis? - Tantas escucho.
- Médico: que tenéis por familia?
- Mis tristezas.
- Médico: vais a los cementerios? - Mucho mucho.
- Médico: de vuestra vida actual tenéis testigos?
- Si, mas no dejo que me impongan yugo, yo les llamo a los muertos mis amigos y a los vivos les llamo mis verdugos.
- Médico: me deja vuestro mal perplejo, mas no debo acobardaros, tomad por receta hoy este consejo.
Solo viendo a Garrit podéis curaros.
- A Garrit?
- Médico: si a Garrit.
La más remisa y austera sociedad le busca ansiosa todo aquel que le ve muere de risa tiene una gracia artística asombrosa.
- Y a mí me hará reír?
- Médico: si, os lo juro. Mas, que os inquieta?
Y así dijo el enfermo. No me curo – yo soy Garrit cambiadme la receta.
¡Cúantos hay que, cansados de la vida, enfermos de pesar, muertos de tedio, hacen reir como el autor suicida sin encontrar para su mal remedio! ¡Ay ! ¡ Cuántas veces al reír se llora!.. ¡Nadie en lo alegre de la risa fíe, porque en los seres que el dolor devora el alma llora cuando el rostro rie!
Si se muere la fe, si huye la calma, si sólo abrojos nuestras plantas pisa lanza a la faz la tempestad del alma un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto; que las vidas son breves mascaradas; aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas.
Juan de Dios Peza (mexicano)
No hay nada más triste que la tristeza de un niño; reflexiona, cambia, sonríele a la vida, ama.
Comparte tus trabajos, experimentos de ciencia, fotos y videos de tu periódico mural, teatro, declamación, manualidades, disfraces y todo aquello que pueda servir de guía o inspiración a otros niños, padres o educadores!
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